Uruguay, el destino confiable para inversiones que sobresalió en los debates estratégicos de la Conferencia de Zonas Francas

Durante la XXVIII Conferencia de Zonas Francas de Iberoamérica, realizada en el Centro de Convenciones de Punta del Este, Uruguay volvió a mostrar por qué su régimen de zonas francas es referencia regional. Más allá del carácter de país anfitrión, la presencia uruguaya en los paneles técnicos y estratégicos aportó datos, contexto y la visión de un país que construyó su atractivo sobre bases sólidas: estabilidad institucional, calidad de talento, infraestructura moderna y un marco regulatorio claro que acompaña el crecimiento empresarial.

En la primera jornada, la directora ejecutiva de Uruguay XXI, Mariana Ferreira, moderó tres breakout sessions dedicados a e-commerce, cadenas de suministro y factores de localización para inversiones. Los debates reunieron a ejecutivos de compañías tecnológicas globales, consultores internacionales y referentes logísticos que analizaron los desafíos del comercio internacional y las oportunidades para los países de la región.

Además, el 20 de noviembre, Ferreira integró como speaker el panel “Drivers para la captación de inversiones en Zonas Francas”, junto a referentes de República Dominicana, Costa Rica y Colombia, en una discusión moderada por el representante del BID en Uruguay, Luiz Ros.

Una mirada regional en la que Uruguay se afirmó como punto de referencia

En el panel de e-commerce, Diego Gamba (Mercado Libre) subrayó el rol estratégico del país dentro de la operación regional de la compañía. “Para nosotros Uruguay es un hub fundamental. Acá tenemos más de 1.800 personas trabajando y diría que más de 800 están trabajando en tecnología, desarrollo de producto e innovación”, expresó.

A su vez, Pedro Saravia (TiendaMia) y Diego Szilagyi (nocnoc) coincidieron en que la combinación de infraestructura, talento y certidumbre coloca a Uruguay en una posición favorable para el crecimiento del comercio electrónico y, especialmente, del cross-border.

En la sesión sobre cadenas de suministro, Alejandro Torrendell (Merck) aportó una mirada anclada en la experiencia concreta de tres décadas de operaciones en el país. “Si no fuera por el régimen de zona franca, no estaríamos aquí”, dijo.

Por su parte, Kadir Issa (McKinsey) se refirió a un contexto global marcado por disrupciones constantes y una demanda creciente de destinos con previsibilidad y con capacidad de adaptación.

Finalmente, en el panel sobre factores de localización, Pilar V. Cerón (Xtrategy US LLC) explicó por qué las zonas francas se han consolidado como entornos integrados que reducen fricciones para los inversionistas, mientras que Sebastián Moreno (IDS) resumió la lógica que ordena hoy las decisiones de instalación de nuevas operaciones. “La inversión tiene que ver con riesgo. Entonces, si hay incertidumbre, lo que voy a buscar es minimizar el riesgo”, aclaró.

En conjunto, los tres paneles mostraron que en un escenario regional e internacional cada vez más volátil, Uruguay se posiciona como un país capaz de ofrecer reglas claras, talento disponible y ecosistemas que permiten crecer con continuidad.

Panel internacional: Uruguay, estabilidad como diferencial

En la segunda jornada de la actividad, Mariana Ferreira integró el panel internacional “Drivers para la captación de inversiones en Zonas Francas”, un espacio que reunió a referentes de República Dominicana, Costa Rica y Colombia para analizar qué factores están definiendo hoy la llegada de capital a la región. El intercambio, moderado por Luiz Ros, representante del BID en Uruguay, permitió situar el caso uruguayo dentro de la discusión global sobre riesgo, talento y certidumbre.

Ferreira abrió su intervención con un dato concreto sobre el peso del régimen en la economía nacional. “Hoy el 40% de los bienes que exporta Uruguay salen desde zonas francas (…) y más del 60% de los servicios no tradicionales que se exportan también”, indicó.

A partir de allí, subrayó que la herramienta se ha mantenido como una política de Estado, un elemento que, en su visión, explica por qué Uruguay ha logrado atraer inversiones que buscan previsibilidad y continuidad en el largo plazo.

También recordó cómo se presenta el instrumento en las misiones internacionales de promoción. “Cuando salimos a promocionar mostramos las zonas francas en Uruguay”, señaló, explicando que algunas veces la percepción externa no coincide con lo que las empresas encuentran cuando conocen el ecosistema uruguayo.

En ese punto, detalló que el régimen reúne parques industriales, mixtos y de servicios, que operan bajo un marco regulatorio estable y con condiciones que permiten instalar operaciones, hacerlas crecer y diversificarlas. La combinación de incentivos claros, infraestructura preparada y un entorno que ha permitido atraer inversiones en celulosa, farma, tecnología, logística y servicios globales forma parte del argumento que Uruguay XXI presenta metódicamente ante potenciales inversionistas.

Los panelistas internacionales también refirieron expresamente al desempeño uruguayo. Angélica Peña (ANDI, Colombia) puso el foco en la continuidad política que distingue al país y recordó “una foto espectacular de varios presidentes uruguayos inaugurando un proyecto de zona franca”, símbolo —dijo— de un consenso poco frecuente en la región.

Desde Costa Rica, Marvin Rodríguez (PROCOMER) remarcó las similitudes entre ambos modelos, especialmente en lo relativo al talento, la estabilidad y el clima de negocios, áreas donde Uruguay y Costa Rica suelen ser referencia en América Latina.

Los panelistas coincidieron en que, en un escenario global volátil, los países que pueden sostener reglas claras y capital humano calificado se vuelven especialmente competitivos.

Ferreira cerró su intervención retomando el sentido central del panel. “Las zonas francas han sido clave para que Uruguay pueda captar determinados tipos de inversiones”, dijo. Así, el intercambio dejó la impresión compartida de que en un contexto internacional marcado por incertidumbre, Uruguay se consolida como un entorno confiable para invertir, operar y proyectar a largo plazo.