Constancia, perseverancia y trabajo colaborativo

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Estudio Claro nació en 2008 como un emprendimiento de venta de servicios a empresas en Uruguay. Nuestro foco era el diseño de locales comerciales, arquitectura efímera en stands y exhibidores.

En el proceso notamos que había interés en el diseño integral de los espacios, pero el desarrollo de ese mobiliario era específico para cada caso y no tenía mucha escalabilidad. Es así que con la intención de realizar una venta más industrial de muebles y mirando nuestra situación en Uruguay, nos interesó probar afuera de fronteras nuevas opciones.

Teníamos muchas hipótesis sobre lo que podía llegar a ser nuestra experiencia en un mercado mucho más industrial, enfocado y especializado en mobiliario. Este proceso arrancó en 2013 y demoramos más o menos tres años en alcanzar la primera experiencia.

Un día decidimos levantar la cabeza y ver qué sucedía a nuestro alrededor. Vimos que muy cerca teníamos a Brasil, un país enorme, con un mercado gigante y una cultura de diseño que desde donde nos encontrábamos parecía impresionante. Empezamos a investigar y nos encontramos con una cultura de diseño, con un país que tiene fábricas muy grandes de producción de mobiliario, con diseñadores a los que se les daba mucha importancia y que inclusive eran muy mediáticos.

Conocimos el concurso de diseño Salão Design, de los más importante de América Latina, e investigando un poco descubrimos que ya había otros estudios de diseño en Uruguay empezando a tener sus primeras relaciones comerciales con Brasil. Vimos un campo fértil y propicio para definir a este país como nuestro mercado objetivo. Uno de los factores que resultó determinante fue la distancia, clave para poder llevar nuestros muebles en auto.

Habíamos dado el primer paso: definimos cuál era nuestro objetivo, y ahora teníamos que definir cómo nos íbamos a vincular con él.

Después de recorrer varias ideas, nos pareció que participar en concursos era lo más fácil. No porque sea sencillo ganar un concurso, sino porque no depende de terceros e involucra simplemente la decisión personal de formar parte de esa actividad.

Recibimos varias premiaciones y reconocimientos que fueron muy importantes y validaron el trabajo que estábamos haciendo, porque la realidad es que teníamos muy poca experiencia en diseño de mobiliario.

La participación en concursos también nos ayudó mucho desde el punto de vista de la visibilidad y la prensa. El concurso Salão Design tiene como característica que se da en el marco de una feria que conecta el mundo industrial con el mundo del diseño. Empezamos a viajar a esta feria y cuando recibíamos un premio nuestro producto estaba en exhibición y nos permitía conectar de forma mucho más cercana, y con material tangible, con personas que podían ser nuestros potenciales clientes.

En este camino de participar de ferias aprendimos varias cosas, por ejemplo que alcanzábamos más visibilidad, que podíamos exhibir productos tangibles y hacer seguimiento de los contactos –una tarea que implica mucho esfuerzo y dedicación-, que necesitábamos generar material propio como un catálogo que explique el servicio o producto que vendemos, y por supuesto, la dificultad de poner en palabra por primera vez quién sos o definir cuáles son los actores, conocerlos y realizar métricas.

En ese entonces recibimos apoyo para algunas misiones del programa de promoción de exportaciones de Uruguay XXI, Proexport.  Ellos nos empujaron a tomar métricas de nuestro trabajo. Fue muy enriquecedor porque entendimos que teníamos que definir un objetivo y entender los pasos que íbamos a dar para llegar a él, y además, había qué medirlos. Esto ayuda a profesionalizarse y marcar mejor cuáles son los pasos a dar para cumplir los objetivos que nos marcamos.

Hicimos dos misiones comerciales, y por primera vez nos unimos en grupo con colegas para hacer un trabajo colaborativo. Con esto aprendimos sobre lo poderoso que es trabajar en equipo. Teníamos poca experiencia, poco material generado y pocos productos para mostrar, pero cuando nos juntamos con varios colegas resultó que entre todos podíamos generar un catálogo grande de productos.

Fuimos a Brasil dos veces a vender en conjunto y así generamos una masa crítica de información impresionante, a la que nunca podríamos haber accedido solos y que inclusive hoy seguimos consultando. Esas misiones fueron la primera semilla, porque después hubo un largo recorrido de trabajo colaborativo.

Tres años nos costó penetrar en el mercado, yendo a ferias, participando en concursos e invirtiendo sin ganar absolutamente nada. Hasta que en octubre de 2016, la empresa más grande de muebles de Brasil juntó a cinco estudios de diseño uruguayos para generar una colección. Así generamos la primera venta, que nos generó un respaldo y abrió las puertas a una segunda y tercera venta que salieron de forma mucho más fácil.

Rosina Secondi y Daniel Appel

Directores de Estudio Claro

*Crédito de fotografías: Bruno Geraldi / tok&stok
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