#8M: “El aporte de las mujeres en la ciencia es grandísimo”

La bióloga, fundadora y CEO de Aravanlabs, Laura Macció, comparte su experiencia como líder en el ámbito de la ciencia y los negocios.
Fecha de publicación: 12/03/2020
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Para Laura Macció la biología es la ciencia “más hermosa”, porque “es capaz de revelar cualquier secreto de la vida”. Según la bióloga, “es como estudiar magia”. Mientras realizaba la licenciatura en Ciencias Biológicas comenzó a trabajar en un laboratorio de control microbiológico y se interesó especialmente por esta área de conocimiento.

Un día se rompió un generador eléctrico en la empresa privada en la que trabajaba y se dio cuenta de que Uruguay no contaba con medios de cultivos prontos para hacer los controles microbiológicos. Por un tiempo continuó trabajando en la industria, pero ya con la proyección de abrirse camino sola y ser su propia jefa. En 2014, con el apoyo económico de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), fundó Aravanlabs, una empresa pionera en microbiología, a la que luego se asoció Oscar Silvera, su socio y pareja.

Aravanlabs es la primera empresa biotecnológica en producir insumos microbiológicos, así como en brindar servicios de control microbiológicos e introducir el concepto de mapa microbiológico que se aplica en las industrias alimentaria y farmacéutica. La empresa ganó el premio EmprendO del diario El Observador, Emprendedores en la Mira y fue finalista como empresa innovadora en el premio Nova de la ANII. Además, Macció fue reconocida en 2016 con el premio Mujeres Empresarias 8M, que otorga el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM).

Aravanlabs se encuentra en un proceso de internacionalización, y en 2020 pretende instalar una oficina en Paraguay, según información que publicó El Observador en mayo de 2019. Además de investigar, actualmente la empresa ofrece más de 100 productos y más de 70 servicios de control microbiológico.

Son múltiples las tareas que la bióloga afronta día a día en su empresa. Su actividad incluye la búsqueda de financiamiento y vínculos estratégicos, el diseño y la puesta a punto del desarrollo de la cartera de productos, la relación con proveedores, así como la investigación y análisis del mercado. La gran variedad de actividades que realiza podrían ser motivo de cansancio, sin embargo, a Macció su rutina le resulta entretenida, justamente por la variedad y porque cuenta con un equipo de personas idóneas e integradas al plan estratégico de la empresa.

“Eso es lo más lindo de todo: la versatilidad que van planteando las distintas situaciones diarias. Esto me parece muy positivo para la vida personal, para el crecimiento de la persona dentro del área profesional”, comentó la bióloga.

La clave para el éxito, según Macció, radica en hacer autocrítica e identificar cuáles son las fortalezas y debilidades presentes en cada persona. A partir de ese conocimiento de sí mismas, las personas pueden orientarse a adquirir las herramientas que necesiten y lograr alcanzar su óptimo desarrollo. 

“Para mí la formación es fundamental y también un buen equilibrio entre lo racional y lo emocional. Lo emocional siempre es el motor: si nosotros no amamos lo que hacemos, podremos llegar muy lejos, pero vamos a sentir un vacío muy grande. A lo emocional también hay que complementarlo muy bien con lo racional, porque si no nos abastecemos de herramientas que nos den objetividad sobre nosotros mismos, solamente estamos yendo con el corazón en la mano”, reflexionó.

En vez de obstáculos para el ingreso de las mujeres a la ciencia, Macció ve oportunidades y desafíos. “Es una situación injusta que debemos revertir, pero nos ha dado la posibilidad a las mujeres de desarrollar y fortalecer nuestras habilidades. Debemos trabajar para que sea más equitativo, para que todos tengamos las mismas posibilidades”, señaló.

“Cuando el ser humano tenía una concepción más religiosa del mundo el poder de los dioses se concentraba en el hombre. Y cuando el poder se trasladó a la ciencia también se concentró en el hombre. Eso no significa que nuestros aportes no hayan sido grandes, sino que la visibilidad ha sido diferente. La cultura hace que cuando nos hablan de un científico tendamos a pensar en un hombre. Son ciclos de la humanidad que van mutando. Creo que las mujeres estamos viviendo una historia bastante diferente con respecto a eso”, concluyó.

Así como hubo mujeres que lucharon por los derechos que se tienen hoy, actualmente las mujeres están luchando por los derechos que van a gozar las mujeres del mañana, meditó Macció. “Esto nos construye como sociedad. Cuando esa lucha revierte la situación de desigualdad, aporta valor a la sociedad”.


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